A veces el tiempo nos dicta sentencia,
como el viento,
mata amapolas poco a poco,
deshojando sus rojizos pétalos,
caricia a caricia,
terminando con su dulce,
sabor belleza.
A veces, sólo a veces,
el tiempo juega con nuestros días,
en sueños,
mostrando tu mejor sonrisa.
A veces, el tiempo se esconde,
yace en pequeños corazones,
inocentes,
perdidos.
A veces, sólo a veces,
el tiempo se nos escapa,
nos abandona,
se aleja,
no quiere ser feliz,
olvidando que las horas del reloj
van segundo a segundo.
A veces, el tiempo
quiere sufrir,
cada segundo,
espinas clavadas en el corazón,
cada segundo,
dolor.
A veces, sólo a veces,
el tiempo nos permite vivir,
oler las nubes,
gritar a los sueños,
besar tus labios,
morder tu sonrisa.
En fin,
el tiempo,
a veces,
sólo a veces,
acaricia tu dulce,
sabor belleza.